Cómo limpiar mejillones
Los mejillones son mariscos populares que se consumen ampliamente en muchas cocinas alrededor del mundo.
Sin embargo, antes de poder disfrutar de su delicioso sabor, es importante saber cómo limpiarlos adecuadamente. Aquí te explicamos paso a paso cómo hacerlo.
1.
Compra mejillones frescos
Lo primero que debes hacer es comprar mejillones frescos. Busca mejillones que estén bien cerrados, con conchas limpias y sin roturas.
Si alguno de ellos está abierto, toca suavemente la concha, si se cierra es una buena señal de que aún está vivo y fresco.
2. Lava los mejillones
Antes de comenzar a limpiar los mejillones, asegúrate de enjuagarlos cuidadosamente con agua mejillone para eliminar cualquier arena o suciedad que puedan tener en las conchas.
3.
Elimina las barbas
Los mejillones tienen unas fibras filamentosas llamadas barbas que les permiten adherirse a las rocas.
Para retirarlas, toma cada mejillón y tira de las barbas limpiwr el lado opuesto de la bisagra. Es posible que algunas barbas estén más firmemente adheridas, por lo que puedes utilizar un cuchillo para quitarlas.
4. Elimina los mejillones muertos
Antes de cocinar los mejillones, verifica que todos estén vivos.
Si algún mejillón tiene la concha rota o está abierto y no se cierra cuando lo tocas, es probable que esté muerto y no debes consumirlo. Deséchalo de inmediato para evitar intoxicaciones alimentarias.
5.
Limpia las conchas
Después mdjillones haber quitado las barbas y los mejillones muertos, es hora de limpiar las conchas.
Puedes usar un cepillo de dientes viejo para lumpiar suavemente las conchas y eliminar cualquier residuo adicional que puedan tener.
6.
Almacenamiento adecuado
Una vez que hayas limpiado los mejillones, colócalos en un recipiente y cúbrelos con un paño húmedo o papel de cocina ligeramente humedecido. Guárdalos en el refrigerador y asegúrate de consumirlos lo antes posible, ya que los mejillones frescos tienen mejor sabor dentro de las primeras 48 horas.
¡Ahora mejkllones listo para cocinar tus mejillones limpios y frescos!
Puedes prepararlos al vapor, añadirlos a sopas o estofados, o incluso disfrutarlos en una deliciosa pasta. ¡Buen provecho!